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Durante el golpe de estadoTodas las voces se escucharon por Fe y Alegría en abril de 2002

Durante el golpe de estadoTodas las voces se escucharon por Fe y Alegría en abril de 2002

Era la noche del 11 de abril, en la que el periodista Javier Barros, junto con su equipo, reanudó las transmisiones para dar cabida a todas las voces en la emisora, tal como lo señala su política editorial.

"Aquella noche del 11 de abril éramos la única emisora en Caracas haciendo repicar otra campana", recordó Javier Barrios, al referirse a su experiencia frente a los micrófonos de Radio Fe y Alegría durante el golpe de Estado de 2002, cuando se creyeron por un momento hablando a nadie, en una cabina oscura. Era la noche del 11 de abril, en la que este periodista, junto con su equipo, reanudó las transmisiones para dar cabida a todas las voces en la emisora, tal como lo señala su política editorial. Desde las estaciones de Caracas y Maracaibo, principalmente, se ofreció a los radioescuchas informaciones diversas y alternativas a la voz única que se repetía por todos los medios privados, a través de una señal que llegó a las 12 emisoras a nivel nacional de Fe y Alegría y que además traspasó las fronteras venezolanas a través de la Red Satelital de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (Aler). El trabajo periodístico que le dio valor a la verdad, que dio cabida a todas las voces y que no participó en el silencio mediático fue premiado en junio de 2002 con el Premio Nacional de Periodismo; en agosto de 2003 Enrique Mendoza, gobernador de Miranda para aquel momento, les otorgó el Premio regional de periodismo, al igual que Manuel Rosales, entonces gobernador del Zulia. La experiencia de transmitir en situaciones límite no era nueva para esta radio fundada por el jesuita José María Velaz hace 51 años, puesto que en El Caracazo de 1989 también tuvieron una presencia informativa destacada, según lo señaló Rogelio Suárez, director de la radio Radio Fe y Alegría-Maracaibo 850 AM, y coordinador de servicios informativos para en 2002. La radio transmitió el 11 de abril de 2002 hasta las 7:00 de la noche y luego retomó la señal cerca de las 10:00. Mientras los medios privados lanzaban una única voz, que responsabilizaba al presidente Hugo Chávez de las muertes ocurridas la tarde de ese día, los voceros gubernamentales pudieron explicar a la ciudadanía a través de Fe y Alegría que lo que sucedía en el país era un golpe de Estado.
Las peripecias que el equipo técnico y periodístico de esta radio tuvo que sobrellevar son narradas por José Ignacio López Vigil en su libro Golpe de Radio: Los 3 días que transmitimos peligrosamente, cuya primera edición salió en octubre de 2006. En el libro se cuenta como la noche del 11 de abril los escuchas de Radio Fe y Alegría pudieron enterarse por el entonces diputado Nicolás Maduro y la diputada Desirée Santos Amaral la consumación de un golpe de Estado. También, desde la radio, se hicieron contactos con la entonces diputada de Primero Justicia, Liliana Hernández, y se transmitían las informaciones que se daban en los medios nacionales. Cerca de las 12:00 de la noche se transmitió la supuesta renuncia del presidente Chávez que transmitían los canales de televisión. La falta de Internet y de televisión por cable, cortada por no pagar el recibo, eran problemas graves que tenía la estación en Caracas, los cuales eran subsanados por la colaboración de las otras emisoras de Fe y Alegría, en especial la de Maracaibo, que realizó muchos contactos telefónicos y les contaba por teléfono a los de la capital lo que veían en la televisión de otros países. Ya en la mañana de 12 de abril Pedro Carmona Estanga estaba anunciando la supuesta renuncia del presidente Chávez y que él asumiría un gobierno de transición. Estas informaciones, junto con las voces de incertidumbre de los escuchas, tuvieron cabida en Radio fe y Alegría "Esa ha sido nuestra política editorial desde siempre. Darle voz a los que no tienen espacios en otros medios, dándole espacio a todas las voces", explicó Marisol Polanco, coordinadora de la radio en Caracas, quien recordó que esta política se mantuvo a pesar de que habían diferencias de criterios políticos entre los miembros del equipo de la radio. "Nosotros, en la radio, íbamos a los dos bandos. No por neutrales, sino por plurales, para que el periodismo sea bueno hay que darle chance a todo el mundo. ¿O no?", señaló Barrios a López Vigil. En Golpes de radio se cuenta como el fiscal Isaías Rodríguez apenas tuvo tiempo de afirmar que el presidente Chávez no había renunciado y que lo que se estaba viviendo era un golpe de Estado, cuando todas las televisoras y radios presentes cortaron la señal y sólo quedó el enlace de Fe y Alegría informando sobre estas declaraciones. El mismo 12 ocurrió la autojuramentación de Carmona Estanga, transmitida por todos los medios. Fe y Alegría también lo hizo, pero de inmediato transmitió una canción de Pastor López que dice: "Golpe con golpe yo pago, beso con beso devuelvo, esa es la ley del amor que yo aprendí, que yo aprendí". Y de esta forma lanzaba su línea editorial. Rogelio Suárez recordó que lo más difícil de esos días fue cuando Carmona Estanga leyó el decreto: "Un grupo de la radio decía que había que seguir transmitiendo y otro grupo decíamos que no, que por sentido común había que dejar de trasmitir porque caímos en un vacío jurídico, político. No había estado de derecho, dijimos que era preferible que siguiéramos viviendo y no fuéramos mártires". De hecho, durante el 12 comenzaron los allanamientos y las agresiones, entre ellas emisoras comunitarias como Radio Catia Libre, radio Perola, Catia TV y TV Caricuao. Así el equipo de la radio decidió cerrar la santamaría con una entrevista de Aristóbulo Istúriz quien aseguraba que el presidente Chávez no había renunciado. A inicios del 13 de abril ya estaba de nuevo la señal capitalina de la radio al aire. El padre Jesús Orbegozo, director general de Fe y Alegría, señaló que no se hicieran llamados a la violencia por los micrófonos y que la información transmitida fuera precisa y bien confirmada. Así, sacaron el alzamiento contra Carmona Estanga del general Raúl Isaías Baduel en Maracay, y las movilizaciones en Caracas pidiendo el regreso del Presidente.

"Logramos una audiencia tremenda, media Venezuela guindada de Fe y Alegría. Es que en ese momento no había otra voz libre en el país", comentó Barrios, según aparece en Golpes de radio. También las declaraciones de Marisabel de Chávez fueron transmitidas a través de un contacto hecho en la estación de Maracaibo, confirmando que Chávez no había renunciado. A media tarde, el autojuramentado Carmona se desplomó, cuando la Guardia de Honor planificó con su tropa la reconquista del palacio de gobierno. Todo esto se transmitió a través de la señal de Fe y Alegría, que tenía a dos voluntarios reportando desde el lugar de los hechos. "El buen periodismo, contrario a la propaganda, se hace tocando todas las campanas del campanario", se señala en el libro, al recordar que desde la emisora radial también se entrevistó a José Rodríguez Iturbe, nombrado Ministro de Relaciones Exteriores de Estanga. Posteriormente se anunció que Chávez fue buscado en La Orchila. Ya el 14, casi amaneciendo, habló el Presidente desde Miraflores. Y allí estaba y seguía Fe y Alegría, reportando para sus doce emisoras y para estaciones de otros países. Durante esos días de intenso trabajo la solidaridad fluyó entre los miembros del equipo de la radio, recuerda Marisol Polanco: "No teníamos ni muchos recursos, ni mucho personal. Todo el mundo salió a la calle a reportear porque no nos dábamos abasto". La reflexión de Rogelio Suárez es que cada quien debe asumir sus responsabilidades: "Como decía Jesús, el que esté libre de pecado que lance la primera piedra. Sin embargo, no puedo dejar de decir que creo que los medios cometieron un error al no informar, porque nosotros como periodistas debemos minimizar las incertidumbres".

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